lunes, 10 de octubre de 2011

Errol´s book made simple.

Este texto se forma con algunos tuits de Errol Morris. Un genial y poco conocido documentalista.



Aquí nos intenta comunicar unos principios (simples, según él) acerca de como reseñar o criticar un libro. Son los siguientes:

1. All photographs are posed.


2. The intentions of the photographer are not recorded in a photographic image. (You can imagine what they are, but it's pure speculation.)


3. Photographs are neither true not false. (They have no truth-value.)


4. False beliefs adhere to photographs like flies to flypaper.


5. There is a causal connection between a photograph and what it is a photograph of. (Even photoshopped images.)


6. Uncovering the relationship between a photograph and reality is no easy matter.


7. Most people don't care about this and prefer to speculate about what they believe about a photograph.


8. The more famous a photograph is, the more likely it is that people will claim it has been posed or faked.


Terribly sorry if this all seems pretentious, but it's the stuff I think about. (Nota aclaratoria)


OK. I'll stick with the book.


I'm a badger but not literally.


9. All photographs are posed but never in the same way.


10. Photographs provide evidence. (The question is of what?)




¿Ven? Ahora muchos podemos hacer la revisión del texto de alguien más. Simple, como lo dice Morris. 

martes, 6 de septiembre de 2011

Le petit Nicolás





Sé que en un inicio pensarán que hablo sobre una película francesa próxima a estrenarse, pero no es así.

Este texto está dedicado a una persona especial, técnicamente es la más importante del mundo (para mí). Hablo de Nicolás (mi hijo) quien también es un cinéfilo y pequeño fotógrafo en ciernes. Cumplirá cinco años en unos días y este texto busca compartir algunas de sus obras preferidas.

Desde que tenía poco más de tres años pedía se le leyeran las Narraciones extraordinarias de Poe, su palabra preferida era desolación; con esos antecedentes podrán darse una idea de sus gustos, un tanto atípicos, aunque obviamente, también siente predilección por películas que gustan los niños a su edad.

Repasaré un listado donde incluyo películas y cortometrajes del gusto de Nico.

Primero estuvo Cars. La fantasía de muchos niños vuelta realidad, autos con vida propia. El Rayo (Lightning) Mc Queen, auto de carreras que participa en la copa Pistón. Soberbio e inmaduro, recibirá una lección donde aprenderá que es mejor el trabajo en equipo y la amistad. Tras esto (y desde antes) era predecible que se pensara en ser piloto de carreras. Pero bueno, es difícil que alguien en estos tiempos no conozca la obra de Pixar, a disposición de los chicos y los no tanto. Las dos partes de Cars, las 3 de Toy Story (Woody, Buzz y sus amigos), Los increíbles, Ratatouille, Up, Nemo, etc.

Pienso en el lapso de poco más de un año donde teníamos que ver (padecer) la película hasta diez veces al día. Como fue descubriendo el uso de los controles remotos y con ello, la pausa, la repetición, el rewind, etc. Los diálogos recitados de memoria, las secuencias predilectas. El saldo final fue un home teather averiado y un DVD (disco de Cars) que se volvió transparente tras tanta reproducción. Ah, y una vieja video VHS fue a dar a la basura de igual manera en el daño colateral.



Del otro lado estaría Dreamworks, el otro gigante que compite por la atención y los millones que dejan el público infantil (o sus padres en realidad). La franquicia de Shrek, Bee Movie, Como entrenar a tu Dragón, Megamente, etc. Hago hincapié en las  aventuras de Wallace y Gromit, esos fanáticos del queso que hacen reír a mares a Nicolás (claramente los nombra entre sus favoritos).




Pues bien ¿qué hay más allá de Disney, Pixar y Dreamworks? Mucho, es simplemente buscar para ampliarles el panorama a los pequeños, y de paso a uno mismo. Cortometrajes, largometrajes, realizados a lo ancho del planeta.

Conocemos a Tim Burton  y a su muy particular universo visual. Pues bien, aunque yo no soy su fan, este corto me agrada y a Nico más. Les presento su primer  cortometraje animado. “Vincent” es un niño pequeño que está obsesionado con Vincent Price (quien de paso presta la voz) y con la obra de Edgar Alan Poe. Un corto elaborado en stop-motion, en blanco y negro y que refleja mucho del espíritu de la obra del realizador.



Hay otro corto del que quiero hacer mención. Se llama La leyenda del espantapájaros (producción española de Elemental Films, dirigido por Marco Besas, muy en la línea del corto antes mencionado (aparecerán en la misma búsqueda en YouTube, además de otros cortos de carácter similar).

Si hablamos de cortos la obra del jalisciense René Castillo y su equipo de animación “Hasta los huesos” es digna de mención debido a su gran calidad. Una producción netamente mexicana, con la voz de Eugenia León interpretando La llorona.



Hago mención de un par de obras más. Una es Pedro y el lobo dirigido por Suzie Templeton, basada en la obra de Prokofiev, donde revisitamos la clásica historia, esta vez realizada como animación y con una producción internacional donde se incluye a TVUNAM como coproductor. Por cierto, esta producción ganó el Oscar como mejor corto animado en 2008.



La otra sería Mary & Max, largometraje animado dirigido por Adam Elliot que en realidad no es para público infantil. A Nico le atrae por ser animado y en blanco y negro. Cuenta con las voces de Phillip Seymour Hoffman (quien con tantas menciones en mis post parece al actor fetiche de esta familia, pues también es bastante celebrado por mi mujer) y Toni Colette. Muestra la historia desoladora de dos personajes que se vinculan a partir de una relación epistolar. Mary, una niña de ocho años que vive en Melbourne, Australia y Max, un cuarentón que vive en New York y sufre del síndrome de Asperger.



Ah, y como epílogo, si tienen un hijo hiperactivo, se identificará con la historia de Max, el niño de Donde viven los monstruos, largometraje de Spike Jonze basado en el libro de Maurice Sendak. Forrest Whitaker y James Gandolfini (algunos lo conocerán como Tony Soprano) prestan sus voces a los peculiares muñecos de esta historia.



Ahora que estoy subiendo ésto, se acerca al oído y me dice: Papá, acuérdate que también me gustan los Simpson, jaja.

Este es un texto para compartir la cinefilia de mi hijo con motivo de su quinto cumpleaños. Mi tributo a esos pequeños ojos que tantas alegrías nos causan a su madre, a mí y a la gente cercana. Pero a la vez, una manera de reafirmar que la época en que vivimos nos permite el acceso a un sinnúmero de obras que antes eran más difíciles de obtener. Algunas de estas historias no eran para nada lo que uno podía ver en el cine, quizá no en nuestras infancias. La tecnología ha permitido a su vez el desarrollo de propuestas fílmicas que antes solo imaginamos. Yo celebro que mi hijo pueda tener todo esto al alcance de sus ojos. Feliz cumple Nico. Gracias por ser mi película preferida, nunca me cansaré de verte.



Peter Greenaway. El barroco en la era digital




Nacido en 1942, supo desde temprana edad que la imagen sería una parte esencial en su vida. Si bien el cine no aparece como primer interés, si lo será la pintura.

Entre los 50´s y los 70´s escribirá relatos, novelas. Realizará documentales y cortos experimentales dando muestra de ser un hombre multimedia, antes de que el concepto fuera de uso común.

Llegarán los 80´s y con ello una etapa donde Greenaway intentaba contar historias de un modo convencional, si es que esta palabra puede ser asociada con la filmografía del galés.



The Falls, El contrato del dibujante, El vientre del arquitecto, Drowning by numbers, la celebradísima El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante. Pero quiero hablar sobre una película impactante (para mí, al menos). A Zed & two noughts (Una zeta y dos ceros) o ZOO.

Cuando la ví ya había pasado por el barroquismo de Greenaway, así que esto refrescó mi perspectiva sobre él.



 Oswald y Oliver son hermanos (la doble O de la ecuación). Trabajan en un Zoológico (una parte de la explicación de la Z). Todo cambiará en sus vidas debido a un accidente automovilístico donde sus esposas fallecerán. Y curiosamente, en el accidente estarán involucrados animales.

La pérdida ocasionará en ellos una obsesión en torno a la muerte. Pero no a la muerte intempestiva, sino a la que es parte del proceso de la vida, el último eslabón de la cadena existencial, un momento más de la teoría evolutiva finalmente. La descomposición gradual de los cuerpos como objeto de estudio.

Tras el accidente y los experimentos, los hermanos Deuce se involucrarán con Alba, la sobreviviente del accidente fatal donde murieron sus esposas. Quien de paso ha perdido una pierna  (este es un elemento que se relaciona con J.G. Ballard y su novela filmada por Cronemberg “Crash”). Los cuerpos mutilados y la exploración sexual en torno a ello.

Y aquí es donde el cuerpo se presenta como objeto de estudio, de análisis, en un sentido biológico-taxonómico más que como objeto del deseo, con todo y la sexualidad implícita o explícita en sus temáticas.
Por ello no podemos sino remitirnos a Lamarck o a Darwin y a la evolución. El cuerpo entero o mutilado, deconstruido, nos permite una lectura distinta. El animal racional sigue siendo animal finamente.

Pero en contraparte a la observación científica veremos aparecer a una mujer llamada Venus. Escribe, y busca un editor que publique su obra, no sin venerar con sus actos a la diosa de la que retoma su nombre.
Estas cosmovisiones contrapuestas hacen el juego del blanco y el negro, sí, como los colores de las rayas de una zebra (en inglés). Ahí el resto de la Z.

Un secreto será revelado ante los  hermanos, quienes entenderán un poco más sobre su origen. Al mismo tiempo que existe una progresión o evolución en términos ad hoc al tema del filme. Del estudio de  plantas, se pasará al de animales, hasta derivar en el  estudio del animal racional. Ese último tema de estudio nos llevará al final de la historia.

Una película poco convencional e incluso difícil de digerir –visualmente- para algunos espectadores. Si a eso agregamos que el cine de Grenaway es visto como un cine de carácter teatralizado, con escasos (nulos en ocasiones) movimientos de cámara el espectador podría encontrar dificultades.

Mención aparte para Michael Nyman y la música que acompaña a la obra de Greenaway, pero el genio de Nyman por sí solo merece otro post.

Llegarán los noventas y con ellos la exploración de nuevos terrenos por parte del director galés.

Los libros de Próspero inaugurarán una aproximación distinta al cine. El cine multimedia en la antesala del siglo XXI. Si bien ya en la obra del galés aparecían referencias a Vermeer o a Rembrandt, incluso cuadros que adquirían vida frente a la cámara; y que su puesta en escena era  teatral acá esto será llevado al extremo.

La tempestad de Shakespeare será el punto de partida. Y acá la obsesión por el barroco que jamás ha ocultado el autor se traslada la pantalla. Una sobresaturada superposición de imágenes nos mostrará las infinitas posibilidades del encuadre cinematográfico. Tipografías variadas inundarán de frases y textos nuestra visión. Este es el Barroco traído a esta la era digital.

Próspero, antiguo Duque de Milán es desterrado a una isla junto con Miranda, su hija. Su hermano y el Rey de Nápoles han confabulado en su contra. Ante ello Próspero se refugiará en sus libros acumulando conocimiento y haciéndose amo y señor de todo lo que hay en la isla.

John Gieguld (encarnando al desterrado) sobresale en el cast. Como actor parece estar más en el teatro que en un foro cinematográfico, y esto refleja el espíritu del film. La  pintura, el collage, el teatro, el cine, la literatura, todo es parte de la obra. Un obra que reitera la finalización de la misma en la postproducción, deconstruyendo la historia y el lenguaje cinematográfico mismo.



Tras Próspero, vendrá la intención de Greenaway de acercarse a la ancestral historia de Oriente y sincretizar esto con su amor al barroco.

Retomando la idea de un texto del siglo X producirá The pillow book (homónimo de ese libro de Sei Shonagon).

Nagiko, una niña japonesa ejecuta un amoroso y artístico ritual junto con su padre (un escritor). Tras presenciar la naturaleza de la negociación (para ser publicado) entre él y su editor (Yoshi Oida) descubrirá de manera temprana el difícil camino del creador. Este hecho signará su existencia.

Pasará el tiempo y la niña crecerá. La bella Vivian Wu interpreta a Nagiko adulta.



Citando a Shonagon se dirá: “Estoy segura que hay dos cosas en la vida que son totalmente certeras. Los placeres de la carne. Los placeres de la literatura. He tenido la fortuna de disfrutar de ambos por igual”

A partir de esta premisa, iremos de la mano de Nagiko buscando esos placeres que tanto anhela. Casada en un principio, separada, hallando buenos amantes con pésima caligrafía o viceversa. Hasta que un día se topa con Jerome (Ewan McGregor), quien tiene cercanía con el  viejo editor de su padre.

Superposición de imágenes, caligrafías llenando el cuadro, el erotismo según oriente. La música de Brian Eno (que no llega a los alcances de Nyman) serán elementos de este filme, que sino el mejor del galés, si de los más vistos y celebrados. Ya sea por el erotismo, por la historia de amor o por  el exotismo que atrae al occidental con respecto a Oriente. Fascinación misma que denota Greenaway y que proseguirá en obras posteriores.

Una vez que Nagiko se concibe a sí misma (gracias a la inspiración brindada por Jerome) como la plum  y la tinta y no solo como el papel, la veremos escribiendo 13 libros que hablarán sobre: los amantes, el silencio, la mentira, entre otros tópicos. McGregor mismo será el gancho inicial en la transacción literaria. En el transcurso la creadora sufrirá una grave pérdida y al final, el último de los 13 textos le permite lograr la venganza/redención que ha esperado por años, teniendo por fin en sus manos su propio libro de cabecera.



Siguiendo con su exploración acerca de Oriente, aparecerá 8 ½ mujeres.

Aquí la historia transcurre a partir de los Emmenthal. Phillip, el padre y Storey, el hijo. Una  familia acaudalada suiza que recibe como pago por una deuda unos salones de Pachinko. El hijo es mandado a Japón para hacerse cargo de ellos.  La muerte de la esposa-madre hará entrar en crisis existencial a Phillip y propiciará la vuelta del hijo.

Dispuesto a sacar a su padre de la depresión le mostrará los filmes de Fellini y a las mujeres dentro de ellos. El nombre de la obra es claro homenaje. Disertarán sobre las fantasías del director y los tabúes impuestos en occidente. ¿Cuántos directores filman solo para satisfacer sus  fantasías sexuales? Le pregunta el padre al hijo.



Intentando romper con esta moral limitante poblarán su castillo de mujeres, con las cuales explorarán sobre fetichismos y un sinfín de prácticas sexuales.   

En un inicio todo será emoción, un viaje de descubrimiento, los hombres hallando interesantes y bellas mujeres. El dinero del banquero suizo todo lo puede en apariencia.

Si 8 ½ suele ser tildada de machista, lo mismo podría pensarse sobre este homenaje (según la interpretación que se le dé) pues pareciera cosificar a la mujer y mostrarla como un sujeto en venta, pero al mismo tiempo las retrata como seres complejos, inteligentes y que acceden a las peticiones de los Emmenthal porque todas ellas persiguen un fin ulterior.

Las mujeres irán llegando, la adicta a los juegos de Pachinko, la asistente de Phillip (Vivian Wu repitiendo en film de Greenaway), la geisha proveniente del Kabuki. Y prosigue la fantasía: - Quiero una mujer tipo personaje de Jane Austen,  (vendrán la Gioconda, Griselda la religiosa que aspirará ser santa, etc.)

Pero aparecerá Palmira, generará envidia y recelos femeninos, y despertará –aun más- la libido de los hombres de la casa. 

Las relaciones que se tejerán al interior de esta disímbola comunidad irán poco a poco rompiendo la armonía.

Notarán lo demandante que es mantener satisfechas –sexualmente y en todo sentido- a tantas mujeres provenientes  de distintas culturas. Aburrimiento, tedio, tensión, la tragedia, irán mermando la jovialidad inicial.

Surgirán envidias del hijo para el padre (por Palmira principalmente). Ella al imponer sus propias reglas abrirá la puerta a la (futura y finalmente inevitable) emancipación. Algo que ya los Emmenthal debían advertir desde la fantasía de Güido Anselmi, que con látigo en mano incluso es incapaz de mantener en calma a Luisa, Claudia y todas sus mujeres –juntas-.

La comunidad se desintegrará, una a una de las mujeres se irán. Hasta que al fin quede una y media.

El final reafirma que cuando muere el rey, llega el heredero, pero muchas veces el reino se desmorona antes de cambiar de manos. La obsesión de Greenaway por la simetría y la composición estética irónicamente aparece en un film con un número impar en el nombre.

Habría mucho más que contar sobre su obra. Posteriormente, sería interesante explorar lo que ha hecho Greenaway como VJ, con sus proyectos multimedia y ahondar sobre su proclama del cine muerto.


Más sabe Sydney Lumet que el Diablo




La vanguardia suele ser mayoritariamente asociada con una juventud punzante, llena de ideas. Las nuevas generaciones estableciendo una ruptura con el pasado, o explorando rutas y posibilidades novedosas.
Pero obviamente, no siempre es así.

En el cine, pensemos en directores que se han mantenido vigentes alcanzando las ocho décadas de vida. Jacques Rivette, Jean-Luc Godard, Woody Allen, y quien nos dejó este mismo año, Sydnet Lumet.

Nacido en 1924, debutará actuando a los cuatro años en el teatro. Crecerá, dirigirá algunas obras para de ahí pasar a la tv.

Su debut cinematográfico será con 12 angry men o 12 hombres en pugna en español. La película será referencia para toda obra alusiva al mundo de las leyes y los juicios. Un jurado conformado por 12 personas deliberará en torno a la culpabilidad o inocencia de un joven sospechoso de asesinar a su padre. Cuando todos apunten en una dirección, el accionar y el análisis del jurado número 8 (Henry Fonda) motivará la discusión a partir de puntos desapercibidos por otros.



Cosecha premios como el Oso de Berlín y algunas nominaciones al Oscar.  Tras el afortunado recibimiento continuará filmando, década tras década.

Entre 1958 y 1960 filmará tres películas, una de ellas The fugitve kind con Marlon Brando, Ana Magnani y Joanne Woodward basada en una obra de Tennessee Williams.

Katherine Hepburn, Sean Connery, Dean Stockwell se unirán a la lista de intérpretes dirigidos por Lumet. Adaptó a La Gaviota de Chéjov y a Arthur Miller. Realiza un documental al lado de Joseph Mankiewicz acerca de Luther King.

En 1973 se une a un actor que buscaba consolidar su carrera tras una película llamada “El Padrino” Éste era obviamente Al Pacino. Sérpico trata sobre un policía que busca combatir la corrupción al interior de la fuerza policial (algo tan en boga en estos tiempos, la corrupción de nuestras autoridades).

Vendrá posteriormente Tarde de Perros. Con el mismo Pacino protagonizando una historia acerca de un accidentado robo a un banco. Esto deviene en fenómeno mediático a partir de la presencia de las  cámaras de televisión. El morbo sobreexplotado por el “periodismo”. Violencia y medios, otro elemento propio de nuestra cotidianeidad.



Aquí ya planteaba un tópico que continuaría con su siguiente gran obra. Network (1976). Faye Dunaway, Peter Finch, Rober Duvall y William Holden son los actores más relevantes del reparto. Una sátira sobre la televisión y los extremos a los que llega este medio por lograr rating.

Howard Beale (Finch) es amenazado con el despido debido a los bajos ratings de su show. Ante ello anunciará que cometerá suicidio frente a las cámaras. Este hecho provocará una serie de acciones que rayarán en el absurdo pero que le permitirán hacerse de un programa propio y de la ansiada popularidad.

Correrá paralelamente la molestia de los directivos del canal acerca de lo emitido por Beale, a la vez que disfrutarán por hacerse del favor de la audiencia.

Aparecerá la ambiciosa Diana Christensen (Dunaway) quien irá acrecentado su figura al interior de la cadena y jugará un papel decisivo para el desenlace de esta historia.

A modo de epifanía Network nos revelará los tejes y manejes de muchas de las producciones contemporáneas. La repetición ad nauseum de mediocres y poco éticos reality shows. Y la búsqueda del rating a cualquier costo ¿las vidas de algunos por ejemplo?



Brincamos un poco, y llegamos de golpe al testamento fílmico de Lumet. Antes que el diablo sepa que has muerto es un drama intrafamiliar, retrato desolador de los Hanson, una (en apariencia) familia convencional.

Filmada en 2007 cuenta con las actuaciones de Phllip Seymour Hoffman y de Ethan Hawke como los hermanos Andy y Hank Hanson. El primero un corredor de bolsa con algunas deudas y adicto a las drogas. Hank, un tipo cobarde y sumiso. El gran Albert Finney (notable como el Padre) y Marisa Tomei como la esposa de Andy (quien a la vez sostiene un affaire).

Andy maquina un plan para salir de sus problemas financieros y decide involucrar (manipular) a Hank. El plan consiste en robar el negocio de sus padres (una joyería). La mezquindad de unos, la cobardía de otros y el infortunio harán que el plan no transcurra según los presupuestos. La fatalidad llegará a la familia, y con ella la culpa, el arrepentimiento, el temor y los deseos de venganza.

Lumet nos plantea en este microcosmos la ruptura de las normas elementales de convivencia sociales. La violencia ha permeado nuestras vidas. La narrativa hace brincos temporales para matizar ciertos momentos de filme y clarificar las intenciones de  los personajes.

¿Quién es el Caín? ¿Cabe aquí un Abel? Parecieran ser las preguntas que nos lanza el director. El padre (Finney) acumulando sed de justicia, buscará y encontrará respuestas desesperanzadoras. El final no ofrecerá la redención a nadie. Un cine a todas luces crítico, vital.



Esta fue la última obra que nos legó Lumet. Un cineasta sobre el que alguna vez leí, la mejor muestra de su trascendencia es que nunca ganó un Oscar (hasta el 2005 recibió uno Honorario).

Sus más de 40 filmes ahí están pidiendo ser vistos para entender que las ideas nuevas provienen muchas veces de los creadores más experimentados. Incluso ya advertía del uso de cámaras HD en lugar de las de cine por una cuestión práctica (ahorrar costos, evitar dificultades). Siempre un visionario.

Charlie Kaufman. Una mente resplandeciente




Revisando al cine contemporáneo no se puede negar la valía de las obras de Spike Jonze  y Michel Gondry. Directores de cine, de videos musicales, reconocidos  por saber explotar lo mejor de ambos mundos, el mundo independiente –con su libertad creativa, siendo el  director el responsable de las decisiones artísticas- y del lado del Star system (los estudios, sus recursos financieros y actores de renombre).

Pero hay otro factor que les vincula: Charlie Kaufman.

¿Quién es? Preguntarán algunos. Es el guionista (ni más ni menos) de las brillantes Being John Malkovich (¿Quieres ser John Malkovich)  y Adaptation (traducida como El Ladrón de Orquídeas), filmes dirigidos por Jonze. Al mismo tiempo que ha escrito Human Nature (Naturaleza humana) y la gran Eternal sunshine of spotless mind (Eterno resplandor de una mente sin recuerdos), un par de piezas donde fungió como director el  francés Gondry.

Y bien, a mí me pasó lo mismo. Comencé a seguir las trayectorias de ambos directores pues sus obras me parecían fuera de lo común. Pero poco después noté, que detrás de sus historias estaba Kaufman.

Neoyorkino, judío, nacido en 1958, se inicia en el medio como guionista en shows para la TV.

Su primer guión de largometraje tiene como personaje central a un actor. John Malkovich, reconocido intérprete, es el pretexto a partir del cual se desarrolla la película. Termina por volverse una marioneta dentro de una historia cuasi onírica. Pero en cierta medida, ¿no se convierte en ello un actor en manos de un Director? Aquí hay amores correspondidos y no correspondidos, frustraciones, anhelos, traiciones, engaños y la posibilidad de una vida eterna. Vaya, hasta el ahora demasiado célebre Charlie Sheen hace su aparición por ahí. John Cusack, Cameron Diaz y particularmente Catherine Keener sobresalen en el reparto como Criag, Lotte y Maxine respectivamente.

Kaufman nos hace una pregunta: Si tuvieras la posibilidad de elegir ser otra persona ¿quién serías? Uno podría dar cualquier respuesta, pero aquí solo hay una. Atinadamente un personaje dentro del film, dice: - Bueno está bien, esa era mi segunda opción.

Nos topamos con un piso 7 ½ que alguna vez fue construido secretamente en un edificio. Ahí en ese medio piso, la historia se traslada a una realidad alterna donde muchas cosas pasan. Y al final, el amor anhelado por los distintos personajes triunfa, aunque con resultados más favorables para unos que para otros.



Con ése film llegarían los reconocimientos al unísono a los creadores del filme. Pero ahí no acaba todo.

Años después, llegó Adaptation (ya hablamos del pésimo nombre en español). Aquí Kaufman vuelve a sorprender con una meta narrativa donde él se torna el centro de la historia. Realidad y ficción se entremezclan, y nos es posible mirar dentro de la mente del guionista.

Nicholas Cage interpreta a Kaufman y a su (¿ficticio, real?) hermano gemelo Donald. Kaufman se describe como un hombre tímido, inseguro incluso sobre su aspecto. Un creador que lucha por sobrevivir dentro del rudo mundo del cine. Intentando escribir historias personales; pero teniendo que trabajar con un guión por encargo acerca de un libro donde se habla de flores –orquídeas específicamente-.

Y entonces se entremezclan secuencias filmadas en el set de Being John Makovich donde los actores de la primera película de este par (Jonze-Kaufman) se hacen parte de la historia de la segunda. El guionista es ignorado por Catherine Keener(Maxine), por ejemplo. Más adelante entran en escena una serie de nuevos personajes. Una Meryl Streep atinada como siempre, personificando a Susan Orlean, la autora del famoso libro de las orquídeas (que al igual que Craig o Lotte en BJM) busca escapar de su tediosa cotidianeidad. La oportunidad llega al conocer a John Laroche, personaje más que entrañable, un hombre lleno de vida, en constante movimiento, jovial (un Chris Cooper, que en uno  de  sus mejores trabajos se roba la película).

Guiones y guionistas –hasta con la aparición de una especie de Robert Mckee, el gurú del guionismo que da seminarios por doquier- serán los factores que den impulso a la película, pues finalmente, y he aquí la gran metáfora dentro de la obra: el escritor es quien da vida a los caracteres, y hace caminar las historias. Nos conducen, -no sin fatalidades en el  camino- al final, donde todos buscan un remanso de paz (que mejor si suena de fondo Happy Together).



Y tras la prolija relación con Jonze llega la vinculación con Gondry. Realizan primero Human Nature (con Tim Robbins, Patricia Arquette, Rhys Ifans) de manufactura correcta, pero quizá menor comparada con el resto de  las tres obras citadas.

Y llega finalmente, Eternal Sunshine of spotless mind. Si ya habíamos encontrado en los guiones filmados de Kaufman temas como la vida eterna, la lucha del creador sensible dentro del encarnizado mundo de los negocios, nos veríamos sorprendidos nuevamente.

Aquí la premisa era: ¿Puedes lidiar con tu pasado y tus recuerdos? ¿No? Nosotros te ayudamos a olvidar. El mejor Jim Carrey que hayamos visto interpreta a Joel, un tipo con rasgos similares a  los protagonistas masculinos de las previas historias de Kaufman. Un hombre introvertido, solitario, con una vida carente de emociones; se topa un día con una intensa mujer de nombre Clementine Kruczynski (Kate Winslet). Como en toda convencional historia de pareja llega el tedio, hasta que Clementine toma la oportunidad brindada de olvidar todo –Joel incluido-.

En lo que deviene la cinta será una lucha (en un mundo mitad real, mitad onírico) por recobrar los recuerdos, y finalmente la vida que alguna vez los vinculó. Tom Wilkinson, Mark Ruffalo, Kirsten Dunst y Elijah Wood complementan el gran reparto.



Ahora exploremos otras de sus obras. Ha escrito también para George Clooney, desarrolló un guión para una animación y sobre todo ahondaremos en su ópera prima Synecdoche New York.

Confessions of a dangerous mind (Confesiones de una mente peligrosa) es  el nombre del debut como director de George Clooney.

Una película de buena manufactura que nos cuenta las vicisitudes de Chuck Barris, un famoso presentador de la TV norteamericana que termina siendo reclutado por la CIA para volverse un agente encubierto.

A partir de la premisa –obviamente- el protagonista lleva una doble vida. Conforme completa las misiones que la CIA le encomienda, sus oportunidades dentro de la televisión van aumentando.

Sam Rockwell destaca interpretando a Barris. Completan el reparto Drew Barrimore, Julia Roberts, George Clooney, Maggie Gyllenhaal, Rutger Hauer, entre otros.



Y si bien podríamos pensar que esta es otra historia producto de la mente del genio Kaufman, habrá que recordar que todo proviene del libro autobiográfico de Barris, donde el narra sus experiencias como espía.

Existen por ahí versiones que indican que Kaufman no salió contento de la experiencia, pues Clooney modificó sustancialmente su guión; y es que el escritor pide ser partícipe activo en la materialización de sus palabras.

Pero quiero centrar la atención en Synecdoche New York. Ya mencionamos que es la ópera prima de Kaufman.

Y acá encontramos una historia compleja y entramada, como todas sus obras previas.

Caden Cotard (el siempre solvente Phillip Seymour Hoffman) es el padre dentro de una familia de creadores. Catherine Keener interpreta a Adele la esposa. Tienen una pequeña llamada Olive.

La secuencia inicial marca el tono del filme. Si bien hemos percibido el lado oscuro humano dentro de los filmes de Kaufman, jamás nos había conducido hasta niveles tan desoladores.

Una familia sumida por completo en la miseria –personal-. Despertar denota hastío, abrir los ojos parece una obligación, los días como parte del  sinsentido.

Caden es un director de teatro. Adele pinta (sus cuadros son miniaturas). Viven en una casa que exhibe la falta de “luz” en sus vidas. Incapaces de comunicarse, cada quien sostiene sino monólogos, al menos silencios en donde no hacen parte al otro.

Exhiben su insatisfacción, el no haber logrado aquello que deseaban. Una niña en medio de su vacío.
Ante todo lo anterior,  Adele decidirá irse  a Berlín con su hija dejando a Caden solo.

El tiempo transcurre y con él deviene una nueva perspectiva. Una meta narrativa donde realidad, ficción, pasado, presente y futuro se entrelazarán contando  la historia.

Tras el abandono vienen los síntomas de una enfermedad desconocida, que no hace pensar a Caden más que en la muerte.

Dos mujeres se cruzarán en su camino (roles interpretados por Samantha Morton y Michelle Williams). Hasta que todo cambiará gracias a la beca Mc Arthur. La solvencia económica le permitirá desarrollar un ambicioso y honesto proyecto: en una bodega simulará una vida como la de la ciudad, un proyecto orgánico, según él, auténtico.

Acá Cotard se volverá el Creador -en el sentido literal- de esta nueva realidad. Actores interpretando una serie de personajes, aunado a intérpretes desarrollando personajes basados en la gente “de la realidad” (Caden incluido). Llegaremos a tener tres Caden Cotard en algún momento, por ejemplo.

El experimento tomará vida propia y nos mostrará al director de teatro finalmente rebasado por su propia invención. Desolación, desesperanza, incertidumbre, serán sensaciones que nos dejará Charlie Kaufman con esta su ópera prima.

-          - Todos giramos en torno a la muerte
-          - Quiero seguirte allí y ver cómo te pierdes un poco más
-          - El fin se construye desde el principio

Serán algunas de las frases escuchadas durante el transcurso del filme, y como bien dice el escritor y realizador el final se construye desde el inicio, aquí el final brindará una última oportunidad a ese creador rebasado.



El cine de Kaufman, sea que lo escriba o lo dirija, es un cine complejo, lleno de vida. Sarcasmo, ironía, inteligencia, permean sus historias. Pero también nos exhibe el lado oscuro de la vida, ese de los seres sin esperanza, de los que carecen de amor o de un por qué. También nos habla del mundo de los creadores, que intentan luchar contra sí mismos principalmente, y posteriormente contra el mundo.

Agradezcamos que en este cine tan lleno de remakes, Kauffman y sus originales ideas existan. 




lunes, 5 de septiembre de 2011

Following Christopher Nolan



Hoy nadie duda de la valía y el talento de Christopher Nolan. Todos le conocen por haber logrado un parteaguas en las películas de superhéroes y basadas en cómics. Desde que la franquicia de Batman cayó en sus manos, la dosis de oscuridad que merecía un personaje como el murciélago fue brindada por este británico que –como muchos otros realizadores- inició desde pequeño haciendo películas con una cámara super 8.

Tras más de una década filmando recorramos el camino de Nolan. Doodlebug (cortometraje), posteriormente filma Following (su ópera prima). De ahí llega Memento (un hombre atrapado en su memoria buscando venganza por el asesinato de su esposa) y con ella las llaves del reino (de Hollywood), los elogios del público y la crítica. Realizará Insomnia sobre un policía con graves problemas éticos y de sueño. La historia posterior la conocemos todos. Batman Begins, refundando el mito del héroe; la pausa entre las dos películas del superhéroe para hacer The Prestige, una historia sobre una despiadada rivalidad entre dos magos (mi favorita de él, por cierto). Llegará The Dark Night (de esas secuelas superiores a la original); hasta llevarnos a ese mundo proveniente de las ideas de Borges llamado Inception. Y ahora bien sabemos filma The Dark Knight Rises, la culminación de la trilogía para Warner Brothers.




Igualmente, hagamos un repaso sobre los actores con quienes ha trabajado Nolan: Guy Pierce, Carrie-Ann Moss, Joe Pantoliano, Stephen Tobolowski, Al Pacino, Robin Williams, Hillary Swank, Christian Bale, Michael Caine, Morgan Freeman, Rutger Hauer, Gary Oldman, Liam Neeson, Cyllian Murphy, Tom Wilkinson, Heath Ledger, Maggie Gyllenhaal, Katie Holmes, Hughh Jackman, Piper Perabo, David Bowie, Leonardo DiCaprio, Ken Watanabe, Ellen Paige, Marion Cotillard, Anne Hathaway, Scarlett Johansson… en suma, una constelación de actores y actrices de primera línea, lo cual nos reitera la habilidad del británico para dirigir intérpretes. Pero esto ya lo sabemos.




Quiero  hablar sobre Following, su ópera prima.

Filmada en 16 mm en 1998. Nolan aún estudiante, la rodo durante los fines de semana que tenía libres en Inglaterra. Su familia y amigos cercanos participaron tanto delante como detrás de cámaras. Tuvo un costo de aproximadamente 6,000 dólares. Y aquí un aspecto valioso de su cine. Desde su primer proyecto Emma Thomas (su esposa) hasta el más reciente ha fungido como su productora. Su hermano Jonathan, quien tenía un puesto en el crew en Following, se ha vuelto su guionista de cabecera. Es decir, el cine para Nolan es un asunto familiar.

Jeremy Theobald, el protagonista de Following (The young man en créditos) fue a su vez productor, lo que nos habla de la cercanía con el proyecto y con Nolan. Ya había protagonizado también el corto Doodlebug e incluso tiene una participación en Batman Begins.

Un contemporáneo film noir (realizado íntegramente en blanco y negro) donde un aspirante a escritor que lleva una vida monótona decide seguir gente aleatoriamente so pretexto de buscar inspiración.  Se topará en su camino con un ladrón (Cobb) que la hará de amigo y mentor. Juntos planearán golpes que nada tienen de grandes. La vida criminal es un mundo complejo, donde quizá nada es lo que parece. La aparición de una mujer (The blonde) cambiará el rumbo de la historia. El escritor se interesará en ella afectivamente, ella se acercará a él intentando usarlo. Sintiéndose rey y reina de su propio juego, serán en realidad los peones en el tablero de otros.



Nolan es director, guionista, productor y editor de esta obra. Tiene como obra independiente sus “detalles”. Algunos encuadres no son quizá los más adecuados (para eso llegará en sus siguientes proyectos Wally Pfister como fotógrafo, sociedad que incluso ya ganó un Oscar). No hay tampoco los grandes escenarios que Nathan Crowley ha montado en sus obras posteriores, pero dada la trama no los necesitamos. La historia no tiene  tampoco la mano de Jonathan Nolan ni de David S. Goyer (co-guionistas de sus demás obras). Lo que tenemos es el punto de partida en la carrera de un hombre con visión y talento. Cine en estado puro. Los errores y aciertos –todos- serán achacados al director.

La narrativa ya nos muestra la idea que maquinaba Nolan en su mente y que logra desarrollar a cabalidad en Memento. Una narrativa no lineal, la deconstrucción del tiempo. Una película tipo rompecabezas donde el autor exige la total atención del espectador, interactividad finalmente.

Si Nolan será recordado por las historias del superhéoe más antihéroe, es porque precisamente (considero) desde su ópera prima el protagonista tenía poco de heroico, también esos dilemas morales son parte de los personajes de Guy Pearce en Memento o DiCaprio en Inception, ni hablar de los magos que interpretan Bale y Jackman.

Y como premonición un detalle. En la puerta de departamento del caracter de Jeremy Theobald en Following hay una calcomanía alusiva a un personaje de cómics. ¿Adivinan? Sí, una de Batman.

Christopher Nolan, un británico que conquistó Hollywood. Como Hitchcock, valga la comparación que hace Michael Cane (su actor más recurrente). Un creador que brincó del cine independiente al cine de los grandes estudios sin perder integridad ni libertad creativa. Un salto que pocos pueden superar. Tan efectivo su salto, que ahora padecemos hordas de directores que burdamente intentan imitarle.

Si gustan de esta nueva saga del hombre murciélago, busquen toda la filmografía de Nolan, mientras esperan por la última entrega el próximo año.

lunes, 15 de agosto de 2011

Trailer de Twixt.



Nadie puede poner en tela de juicio la trascendencia de Francis Ford Coppola en el cine. Ahí están El Padrino, Drácula, Apocalipsis Now, etc.

Bueno, pues vuelve a las andadas con ésta su nueva obra. ¿Novedades? él dice que si, hay quienes creen que no. Tom Waits (quien ha actuado más de una vez para Jim Jarmusch) aparece como narrador. Val Kilmer y Elle Fanning (hermana de la ya crecida Dakota) protagonizan.

Peo lo más sorprendente es la manera en la que busca proyectar la obra el director. Valiéndose de una computadora que tiene guardados clips con secuencias del  filme y de un Ipad, va modificando la proyección y el orden de las secuencias, según la reacción de los espectadores. Por fin la interactividad llega al cine.

Pero habrá que esperar resultados. En la Cómic-Con de San Diego ejecutó el experimento, pero tuvo fallas técnicas atribuidas a la falta de ensayos. Y obviamente, no todos podremos disfrutar el film así, pues solo será en una breve gira que hará por su país, do él y su equipo mezclarán las imágenes y la banda sonora.

Disfruten el trailer: