Revisando al cine contemporáneo no
se puede negar la valía de las obras de Spike Jonze y Michel Gondry. Directores de cine, de
videos musicales, reconocidos por saber
explotar lo mejor de ambos mundos, el mundo independiente –con su libertad
creativa, siendo el director el
responsable de las decisiones artísticas- y del lado del Star system (los estudios,
sus recursos financieros y actores de renombre).
Pero hay otro factor que les
vincula: Charlie Kaufman.
¿Quién es? Preguntarán algunos.
Es el guionista (ni más ni menos) de las brillantes Being John Malkovich
(¿Quieres ser John Malkovich) y
Adaptation (traducida como El Ladrón de Orquídeas), filmes dirigidos por Jonze.
Al mismo tiempo que ha escrito Human Nature (Naturaleza humana) y la gran Eternal
sunshine of spotless mind (Eterno resplandor de una mente sin recuerdos), un
par de piezas donde fungió como director el
francés Gondry.
Y bien, a mí me pasó lo mismo.
Comencé a seguir las trayectorias de ambos directores pues sus obras me
parecían fuera de lo común. Pero poco después noté, que detrás de sus historias
estaba Kaufman.
Neoyorkino, judío, nacido en
1958, se inicia en el medio como guionista en shows para la TV.
Su primer guión de largometraje tiene
como personaje central a un actor. John Malkovich, reconocido intérprete, es el
pretexto a partir del cual se desarrolla la película. Termina por volverse una
marioneta dentro de una historia cuasi onírica. Pero en cierta medida, ¿no se
convierte en ello un actor en manos de un Director? Aquí hay amores correspondidos
y no correspondidos, frustraciones, anhelos, traiciones, engaños y la
posibilidad de una vida eterna. Vaya, hasta el ahora demasiado célebre Charlie
Sheen hace su aparición por ahí. John Cusack, Cameron Diaz y particularmente
Catherine Keener sobresalen en el reparto como Criag, Lotte y Maxine
respectivamente.
Kaufman nos hace una pregunta: Si
tuvieras la posibilidad de elegir ser otra persona ¿quién serías? Uno podría
dar cualquier respuesta, pero aquí solo hay una. Atinadamente un personaje
dentro del film, dice: - Bueno está bien, esa era mi segunda opción.
Nos topamos con un piso 7 ½ que
alguna vez fue construido secretamente en un edificio. Ahí en ese medio piso, la
historia se traslada a una realidad alterna donde muchas cosas pasan. Y al
final, el amor anhelado por los distintos personajes triunfa, aunque con
resultados más favorables para unos que para otros.
Con ése film llegarían los
reconocimientos al unísono a los creadores del filme. Pero ahí no acaba todo.
Años después, llegó Adaptation
(ya hablamos del pésimo nombre en español). Aquí Kaufman vuelve a sorprender
con una meta narrativa donde él se torna el centro de la historia. Realidad y
ficción se entremezclan, y nos es posible mirar dentro de la mente del
guionista.
Nicholas Cage interpreta a
Kaufman y a su (¿ficticio, real?) hermano gemelo Donald. Kaufman se describe
como un hombre tímido, inseguro incluso sobre su aspecto. Un creador que lucha
por sobrevivir dentro del rudo mundo del cine. Intentando escribir historias
personales; pero teniendo que trabajar con un guión por encargo acerca de un
libro donde se habla de flores –orquídeas específicamente-.
Y entonces se entremezclan
secuencias filmadas en el set de Being John Makovich donde los actores de la
primera película de este par (Jonze-Kaufman) se hacen parte de la historia de la
segunda. El guionista es ignorado por Catherine Keener(Maxine), por ejemplo. Más
adelante entran en escena una serie de nuevos personajes. Una Meryl Streep
atinada como siempre, personificando a Susan Orlean, la autora del famoso libro
de las orquídeas (que al igual que Craig o Lotte en BJM) busca escapar de su
tediosa cotidianeidad. La oportunidad llega al conocer a John Laroche, personaje
más que entrañable, un hombre lleno de vida, en constante movimiento, jovial
(un Chris Cooper, que en uno de sus mejores trabajos se roba la película).
Guiones y guionistas –hasta con
la aparición de una especie de Robert Mckee, el gurú del guionismo que da seminarios
por doquier- serán los factores que den impulso a la película, pues finalmente,
y he aquí la gran metáfora dentro de la obra: el escritor es quien da vida a
los caracteres, y hace caminar las historias. Nos conducen, -no sin fatalidades
en el camino- al final, donde todos
buscan un remanso de paz (que mejor si suena de fondo Happy Together).
Y tras la prolija relación con
Jonze llega la vinculación con Gondry. Realizan primero Human Nature (con Tim
Robbins, Patricia Arquette, Rhys Ifans) de manufactura correcta, pero quizá
menor comparada con el resto de las tres
obras citadas.
Y llega finalmente, Eternal Sunshine of spotless
mind. Si ya habíamos encontrado en los guiones filmados de Kaufman temas
como la vida eterna, la lucha del creador sensible dentro del encarnizado mundo
de los negocios, nos veríamos sorprendidos nuevamente.
Aquí la premisa era: ¿Puedes
lidiar con tu pasado y tus recuerdos? ¿No? Nosotros te ayudamos a olvidar. El mejor Jim Carrey que hayamos
visto interpreta a Joel, un tipo con rasgos similares a los protagonistas masculinos de las previas
historias de Kaufman. Un hombre introvertido, solitario, con una vida carente de
emociones; se topa un día con una intensa mujer de nombre Clementine Kruczynski
(Kate Winslet). Como en toda convencional historia de pareja llega el tedio,
hasta que Clementine toma la oportunidad brindada de olvidar todo –Joel
incluido-.
En lo que deviene la cinta será
una lucha (en un mundo mitad real, mitad onírico) por recobrar los recuerdos, y
finalmente la vida que alguna vez los vinculó. Tom Wilkinson, Mark Ruffalo,
Kirsten Dunst y Elijah Wood complementan el gran reparto.
Ahora exploremos otras de sus
obras. Ha escrito también para George Clooney, desarrolló un guión para una
animación y sobre todo ahondaremos en su ópera prima Synecdoche New York.
Confessions of a dangerous mind
(Confesiones de una mente peligrosa) es
el nombre del debut como director de George Clooney.
Una película de buena manufactura
que nos cuenta las vicisitudes de Chuck Barris, un famoso presentador de la TV
norteamericana que termina siendo reclutado por la CIA para volverse un agente
encubierto.
A partir de la premisa
–obviamente- el protagonista lleva una doble vida. Conforme completa las
misiones que la CIA le encomienda, sus oportunidades dentro de la televisión
van aumentando.
Sam Rockwell destaca interpretando
a Barris. Completan el reparto Drew Barrimore, Julia Roberts, George Clooney,
Maggie Gyllenhaal, Rutger Hauer, entre otros.
Y si bien podríamos pensar que
esta es otra historia producto de la mente del genio Kaufman, habrá que
recordar que todo proviene del libro autobiográfico de Barris, donde el narra
sus experiencias como espía.
Existen por ahí versiones que
indican que Kaufman no salió contento de la experiencia, pues Clooney modificó
sustancialmente su guión; y es que el escritor pide ser partícipe activo en la
materialización de sus palabras.
Pero quiero centrar la atención en
Synecdoche New York. Ya mencionamos que es la ópera prima de Kaufman.
Y acá encontramos una historia
compleja y entramada, como todas sus obras previas.
Caden Cotard (el siempre solvente
Phillip Seymour Hoffman) es el padre dentro de una familia de creadores.
Catherine Keener interpreta a Adele la esposa. Tienen una pequeña llamada
Olive.
La secuencia inicial marca el
tono del filme. Si bien hemos percibido el lado oscuro humano dentro de los
filmes de Kaufman, jamás nos había conducido hasta niveles tan desoladores.
Una familia sumida por completo
en la miseria –personal-. Despertar denota hastío, abrir los ojos parece una obligación,
los días como parte del sinsentido.
Caden es un director de teatro.
Adele pinta (sus cuadros son miniaturas). Viven en una casa que exhibe la falta
de “luz” en sus vidas. Incapaces de comunicarse, cada quien sostiene sino
monólogos, al menos silencios en donde no hacen parte al otro.
Exhiben su insatisfacción, el no
haber logrado aquello que deseaban. Una niña en medio de su vacío.
Ante todo lo anterior, Adele decidirá irse a Berlín con su hija dejando a Caden solo.
El tiempo transcurre y con él
deviene una nueva perspectiva. Una meta narrativa donde realidad, ficción,
pasado, presente y futuro se entrelazarán contando la historia.
Tras el abandono vienen los
síntomas de una enfermedad desconocida, que no hace pensar a Caden más que en
la muerte.
Dos mujeres se cruzarán en su
camino (roles interpretados por Samantha Morton y Michelle Williams). Hasta que
todo cambiará gracias a la beca Mc Arthur. La solvencia económica le permitirá
desarrollar un ambicioso y honesto proyecto: en una bodega simulará una vida
como la de la ciudad, un proyecto orgánico, según él, auténtico.
Acá Cotard se volverá el Creador -en
el sentido literal- de esta nueva realidad. Actores interpretando una serie de
personajes, aunado a intérpretes desarrollando personajes basados en la gente
“de la realidad” (Caden incluido). Llegaremos a tener tres Caden Cotard en
algún momento, por ejemplo.
El experimento tomará vida propia
y nos mostrará al director de teatro finalmente rebasado por su propia
invención. Desolación, desesperanza, incertidumbre, serán sensaciones que nos
dejará Charlie Kaufman con esta su ópera prima.
- - Todos giramos en torno a la muerte
- - Quiero seguirte allí y ver cómo te pierdes un
poco más
- - El fin se construye desde el principio
Serán algunas de las frases
escuchadas durante el transcurso del filme, y como bien dice el escritor y
realizador el final se construye desde el inicio, aquí el final brindará una
última oportunidad a ese creador rebasado.
El cine de Kaufman, sea que lo
escriba o lo dirija, es un cine complejo, lleno de vida. Sarcasmo, ironía,
inteligencia, permean sus historias. Pero también nos exhibe el lado oscuro de
la vida, ese de los seres sin esperanza, de los que carecen de amor o de un por
qué. También nos habla del mundo de los creadores, que intentan luchar contra
sí mismos principalmente, y posteriormente contra el mundo.
Agradezcamos que en este cine tan lleno de remakes, Kauffman y sus originales ideas existan.
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